Preparándonos para el 18 (I): Chile, tierra de poetas y por supuesto ¡de vinos!

Este país es reconocido en el extranjero por la buena calidad de sus vinos, pero a veces en “casa de herrero, cuchillo de palo”…

Recién en el siglo XXI se comenzaron a apreciar y degustar. Anteriormente, la clase media y baja los consumía de muy baja calidad o de poco trabajo, por lo que ingeniosamente empezaron a hacer mezclar que ya son parte de la cultura popular nacional y se hacen presente en cada 18 de septiembre, verano o carrete.

Acá un listado de los que hemos recopilado:

Borgoña:
El borgoña y el Clery son dos tragos de la zona central de Chile. El borgoña, aunque se siga consumiendo gracias a la naciente reciente corriente “guachaca” aún es mirado en menos, como un trago del “vulgo”. Este trago se prepara con vino tinto, frutillas maduras, además de un poco de azúcar. También puede ser con chirimoya o duraznos.

Clery
Según varios estudiosos de la cocina nacional, sería originario de Talca y sus buenas parras de uvas blancas, con las que se producía un vino joven y dulce al que se le agregaban frutillas traídas del otro lado del río Claro. En este caso, la preparación es similar al borgoña, pero el vino tinto es reemplazo por blanco.

Ponche
Vino mezclado con aguardiente de uva o hecho a base de vino y fruta.

Jote
Con la llegada de algunas bebidas de origen extranjero, especialmente las colas, nacieron algunos tragos como el Jote. De muy bajo prestigio, aún se consume este trago de vino tinto y bebida cola, muy chileno por lo demás.

Chupilca
Chupilca es el nombre que recibe una bebida alcohólica originaria de la zona centro de Chile que es la mezcla entre chicha y harina tostada. Otras recetas implican la combinación de vino tinto y azúcar (con hielo opcional). Es consumida principalmente en tiempos de fiestas patrias.

Melón con vino
Este es un clásico del verano y es muy fácil de preparar. Se debe retirar una capa delgada del melón en uno de sus extremos, para mantenerlo firme en su base. Cortar otra capa de la cáscara por el extremo superior y ahuecarlo, retirando la pulpa. Agregar la comida del melón también picado y mezclar con el azúcar y, finalmente, verter el vino.

Terremoto
La refinada y afrancesada santiaguina de comienzos del siglo XX, celebraba sus acontecimientos con Champagne y delicado helado de piña en una copa María Antonieta. La picardía popular no se quedó atrás, reemplazando el champagne por vino blanco, con dos bolitas de helado de agua, que podía ser piña.

Tsunami o maremoto
Variante del “terremoto” donde el fernet es reemplazado por licor de menta.

Tropical
Mezcla de vino blanco con bebida de piña (Kem piña, por lo general)

Navegado
Algunos llaman así al vino tinto “chambrea’o” (entibiado) (del francés chambré) con cáscara o tajadas de naranja en el recipiente. Hay otra versión que lleva, azúcar, canela, clavo de olor y tajadas finas de naranja, entibiado a baño maría.

Vaina
Vino tinto, vermouth blanco, yema de huevo y canela en polvo espolvoreada. En franca retirada de los círculos sociales más refinados, aún se la prepara en algunos locales típicos

Estamos preparando la segunda parte, por mientras “disfruten” de la galería:

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